17 de abril de 2006

Las Crónicas de Farewell, El León, La Bruja y El Armario...

No, no tiene nada que ver con la entretenida película ni con el libro en el que se basa. Es sólo una manera de encabezar estos pensamientos y reflexiones. Así, con vuestro permiso, os paso a relatar lo que me ha tenido dando vueltas en la cama toda la noche.

Caminar es difícil, siempre lo ha sido. Parece que las noches cada vez son más largas y oscuras. Tomas como guía una estrella, siguiendo su luz que esperas marque el camino. Sin embargo desconfías de ella, pues no es la luz del norte, no brilla con especial fulgor... tan solo estaba ahí cuando la necesitaste.

Las nubes amenazan tormenta, sus oscuras siluetas deshilachadas comienzan a cercar la estrella, mas continuas caminando... y un buen día comienza a llover, primero levemente, luego con más fuerza, empapándote. No puedes ver la estrella en el cielo amenazador, se oculta de ti... no, no es la luz del norte.

Llega el día y el sol lo ilumina todo, pero eso no te alegra, sigues mojado... y sigues perdido. Al menos no hay oscuridad, la noche se ha ido y puedes seguir adelante. No puedes ver la estrella, aunque está ahí, mas ¿quién la necesita? ¡puedes ver con claridad!

El día se acaba y las tinieblas vuelven a envolverte ¿podía ser de otra manera?... La estrella sigue allí, colgada entre tantas otras... ¿por qué no seguir cualquier otra? ¡no es la luz del norte!

Sigues caminando, a la espalda de la estrella, de espaldas a ella...

Ella sigue brillando, aunque no puedas verlo, tanto como antes, tanto como siempre...

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Pero que pasa aqui que esto no avanza? Parece que nos hemos quedado atrancadillos, eh? Que poquisima vergüenza teneis, a ponerse las pilas de una vez, que ya quiero escuchar algo. Venga, menos juergas veraniegas y a dedicarle un poquito de tiempo a la web y al grupo ;)