2 de marzo de 2009

A por ello

Bueno, bueno, bueno... supongo que sobran las consabidas disculpas por mi tardanza en actualizar el blog ¿no? (de todos modos nadie lo lee XD)

Como siempre que me demoro tanto voy a aprovechar para hacer un resumen de lo que ha venido siendo mi vida estos últimos meses.

En primer lugar las buenas noticias: veo la luz al final del tunel. Tras estudiar dos bachilleratos diferentes en dos ciudades distintas, rebotar en una carrera, etc, estoy a UN SOLO EXAMEN (parcial) de terminar mis estudios universitarios. Un examen, uno solo y tendré mi título, que si bien estoy convencido de que no me va a valer para nada, se había convertido en un estigma que necesitaba ver desvanecido.

No me quiero extender mucho en este tema, así que solo diré que me siento un poco menos estúpido que de costumbre (pero solo un poco)

También hay, como no, cosas negativas. Entre las pequeñas, que mi equipo, el Barça, lleva una caida en picado muy similar a la de hace dos años y estoy un poquito hasta los mismísimos huevos de soportar este tipo de "montañas rusas de la ilusión" a la que nos somete el equipo azulgrana a sus seguidores.

Entre las grandes (al menos en mi escala de valores), me encuentro triste y muy decepcionado con algunas personas cercanas (o que creía cercanas). No quiero que se me malinterprete, mi vida en Sevilla es bastante buena y cambiaría pocas cosas de ella, pero en cierto modo me siento más cómodo, más "en mi salsa" cuando vuelvo a Granada. Suele decirse "granaino malafollá", y sí es cierto que por término general los granadinos somos más viscerales en nuestros enfados, más exagerados sin duda... pero al mismo tiempo creo que somos más nobles, más sinceros. Obviamente he tenido mis problemas allá por las tierras de Boabdil, pero realmente las cosas me resultan más sencillas allí, más naturales, lo cual no quiere decir que sean mejores. Simple y llanamente hay momentos en que la manera de ser (dentro de las siempre perversas generalizaciones) sevillana me satura.

Dejando de lado estos aspectos más "serios" y/o "trascendentales" (que no lo son), os comentaré, querios lectores inexistentes, que tras terminar con éxito la temporada de exámenes he aprovechado para ponerme al día con las múltiples series que sigo (House, Heroes, Supernatural, Lost...), descubrir nuevas (Dollhouse) y asistir, por segunda vez al final de Futurama.

Futurama, para mí la mejor serie de animación que se ha hecho hasta ahora, por encima de clásicos como Los Simpsons (Donde Groening ya solo trabaja por el jugoso cheque. Por cierto, tienen cabecera nueva tras 20 años sin cambiarla) o series más actuales e igualmente divertidas como Family Guy (Padre de Familia) o American Dad. Y esto tiene mucho mérito, porque a mí me gustan todas, pero siento una debilidad especial por Futurama, quizás porque me siento identificado al 100% con Fry ("...lo tenía todo: varios amigos, un empleo mal pagado, una cama cómoda y calentita... ¡no envidiaba a nadie!"), porque estoy enamorado de Leela desde el primer episodio (siento debilidad por las mujeres fuertes y socarronas, también estoy loquito por Shego de Kim Possible) o por toda esa ciencia ficción medio pulp mezclada con los conocimientos matemáticos de los guionistas (en el equipo hay más de uno). El caso es que con los altibajos propios de toda serie, creo que no hay un solo capítulo que no me haya encantado.



Como sabréis los que la hayais seguido, Futurama sufrió un baile de horarios impropio de la audiencia que conseguía semana tras semana, has que acabó por desquiciar a los fans y la FOX la canceló. Las buenísimos datos que consiguió tiempo después en otro canal, así como las ventas masivas de la serie en DVD hizo que los cenutrios de la cadena americana más conocida en España contactaran con Matt Groening para una nueva entrega de las aventuras de la tripulación de Planet Express.

Cuatro películas han sido producidas hasta ahora, siendo la cuarta un cierre a la serie como lo fue en su momento "Las manos del diablo son juguetes ociosos". Esto es, vale como final si no se produce ningún episodio más, pero es lo suficientemente abierto como para continuar la serie en caso de que así se decida. Lo cierto es que estas películas no me han impactado tanto como esperaba; tienen algunos momentos muy buenos, guiños a los fans por todas partes y el sabor de la serie, pero les falta algo de carisma, de "punch" que sí tenían los episodios regulares. Puede que esto sea debido al formato de largometraje por el que se ha optado, no lo se. Lo importante es que el final me ha dejado medianamente satisfecho (no quiero reventárselo a nadie, así que cremallera) y junto con los comics he tenido futurama para un tiempo... aunque me encantaría que volviesen en una verdadera quinta temporada.




También he estado enganchado desde que terminé los exámenes al Warhammer Online, donde he fundado un Gremio con los amigos. Teniendo en cuenta que no me han gustado nunca los MMORPG (me aburría el Ultima Online, el WoW me parece un peñazo de diseño infantiloide...) ya es un éxito que estando en una versión primeriza (este día 4 sale la 1.2 que completa el juego original con las dos clases que faltaban, es decir, aún está a años luz de juegos como el mencionado WoW que tiene al menos dos ampliaciones) me haya seducido su propuesta.



Hay que tener en cuenta que soy jugador de Warhammer Fantasy desde 4ª edición, así que WAR juega con la ventaja de un trasfondo que he seguido desde hace años y de mi afiliación a una raza, los elfos oscuros, durante todo ese tiempo. También es un punto a su favor las batallas RvR que aunque aún están muy verdes resultan más entretenidas que el clásico PvP. Manejar arietes, lanzavirotes, calderos de aceite... todo ello hace que WAR sí me guste, donde otros me hartaron, me aburrieron o me dejaron frio.



Y para cerrar, el plato fuerte. La despedida de soltero de Alex. Y estuve a punto de perdérmelo, porque iba a ir a Granada, pero un cúmulo de circunstancias hicieron que al final decidiera quedarme.

Este sábado a las 16h quedamos en el barrio del futuro esposo, para salir en coche hacia Gerena, donde teníamos contratada una partida de paintball. Nos perdimos un poco intentado llegar al sitio y cuando por fin lo logramos hubo algún problema con el horario, aunque parece ser que se solucionó.

De la partida en sí... daría para una entrada entera. Un buen puñado de escenarios (capturar la bandera, el sanitario, tocar la campana...) en zonas bastante diversas (un autobús, una ladera llena de charcos, arbustos, parapetos y tumbas, trincheras...) y una paliza por parte de mi equipo, el verde, al contrario, de camuflaje, mientras estuvimos 6 vs 6. Pero uno de los nuestros se hizo una brecha en la cabeza y otro lo llevó al hospital, así que el resto de la tarde, cuando íbamos 5-0, lo jugamos 6 vs 4 (nadie se cambió de bando para equilibrar). De todos modos ganamos al final, con más mérito aún. Eso sí, en el último escenario, caza al novio, tuvimos que malgastar las bolas que habíamos comprado porque nada más empezar alguien fue tan listo de dispararle a Alex a la cara (por la parte de detrás, con lo cual le impactó en la carne) cuando había avisado de que salía de su cobertura para ir a arregar el rifle, que se había quedado sin aire.

Además los puntos negativos no acaban ahí. El sitio estaba bien, pero los monos estaban rotos, desde agujeros de pocos centímetros a descosidos que dejaban toda una pierna al aire, los rifles se desviaban una barbaridad y las medidas de seguridad me parecieron deficientes. Eso sin contar que del reportaje que nos prometieron nada de nada y que tuvieron un detalle FEÍSIMO al cobrarnos, y de manera íntegra, el dinero del que se abrió la cabeza y del que le acompañó al hospital. Digo yo que si alguien se hace una brecha en tu negocio y se tiene que ir cuando lleva apenas 20 minutos jugando lo suyo es que no le cobres, o al menos que le cobres la mitad.

En fin, lo pasado pasado está. A eso de las ocho de la tarde nos dirigimos al lugar donde teníamos la cena, sufriendo un episodio de película de terror por el camino (perdidos en mitad del campo, totalmente a oscuras salvo por los faros del coche) La cena, si bien escasa para diez tiarrones como los que estábamos, estuvo muy rica y por fin probé el jabalí (tremendo). Bueno, se me olvidaba contar el plato extra del que disfrutó Marmol, mosquito gigante con salsa:



Ya para terminar maquillamos a Alex de geisha para soltarlo a la vuelta en Sevilla, aunque yo me retiré a casa de Sofía, porque estaba hecho polvo, con unas agujetas y moratones de campeonato. Mañana o pasado veré si puedo subir algún video, pero de aperitivo una fotito de mi maltratado cuerpo.